Fue realizado alrededor del 1260 a.C. Se encuentra en Asuán, Egipto.
Es un templo excavado en la roca del cuál destaca su fachada en forma de pilono con sus cuatro estatuas sedentes de 22 metros de alto que representan al propio Ramsés II. Entre sus piernas y a cada lado se encuentran pequeñas estatuas de la reina Nefertari y sus hijos. Mientras que sobre la puerta se encuentra un nicho con la estatua de Ramsés ofreciendo un sacrificio a Ra. La cornisa está decorada con babuinos que alzan las manos al Sol. En el interior se encuentran dos salas hipóstilas, almacenes y un santuario. Los muros tienen 10 metros de altura y en ellos están esculpidos relatos de las hazañas del faraón Ramsés. En el siglo XX el templo se desmontó y se trasladó para que no quedase hundido bajo las aguas del Nilo.
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